Historia

Deportes Fluviales en Italia

En junio de 1978, un espíritu nómada y rebelde nos llevó lejos de Milán en busca de ríos que pudieran ofrecernos la posibilidad de enseñar el canotaje en un entorno sano y agradable.

En aquellos años, todos los canoístas europeos nos conocíamos y concluíamos la exploración de los torrentes vírgenes alpinos. Desde entonces, hemos aprendido mucho sobre el individuo y la materia, el cuerpo humano en movimiento y cuán difícil e interesante es desarrollar nuestras capacidades enfrentando los obstáculos naturales de un río y empujando nuestros límites más internos.

Las dos montañas más altas de Europa alimentan el Sesia y la Dora Baltea, ríos diversos, complementarios y perfectos para los deportes fluviales. Hemos establecido en ellos dos sedes de escuelas de canotaje con el propósito de crear, para nuestros discípulos, lugares donde pasar una noche en tienda de campaña o disfrutar del sol a la orilla del río.

Seguimos disponibles para quienes deseen confrontarse con el elemento agua en movimiento. Algunos buscan satisfacción con una hora de adrenalina, otros desean educarse en medio de las ondas que no perdonan la distracción, y no faltan quienes disfrutan de una experiencia saludable y placentera.

Después de veinte años de temeridad sobre las aguas rápidas de medio mundo, hemos prestado atención a otras disciplinas igualmente interesantes, pero aún no hemos encontrado nada más placentero que descender un río en canoa.

Emanuele e Maurizio Bernasconi